- Maite Lopez Pino
El Corazón de Cartier: 13 rue de la Paix

Esta es una de las noticias más esperadas en el mundo de la joyería. Tras dos años de intensas obras de renovación, Cartier reabre su mítica boutique en la rue de la Paix. La Rue de la Paix es la calle más cara de la capital de la moda del mundo y en más de 100 años esa situación no ha cambiado. Los joyeros de prestigio tienen tiendas en esta codiciada avenida y la crème de la crème la visita a la hora de ir de compras. Pues allí acaba de inaugurar Cartier los 3.000 metros cuadrados de su nueva “13 rue de la Paix”. Pero más que hablar de renovación deberíamos hablar de reinterpretación, pues como Ave Fénix este gran símbolo de la casa de joyas se ha reinventado.
Las renovación, que duró más de dos años, contó con un talentoso equipo. “Tres estudios de arquitectura (Moinard Bétaille, studio parisien y Laura González) y 37 maestros artesanos han contribuido a hacer del 13 Rue de la Paix —nuestro lugar de origen y nuestra memoria colectiva— un especio excepcional y único”, informó a la prensa Arnaud Carrez, vicepresidente sénior y director de Marketing.

Todo lo mejor y más valioso de la artesanía francesa estuvo involucrado. El Atelier Midavaine trabajó el lacado; el escultor especializado en decoración de interiores y mobiliario Étienne Rayssac; el lapidario y tallador Hervé Obligi, el Atelier Lilikpó, reconocido por sus mosaicos, y Lison de Caunes, por su marquetería.
“Inseparable de su tiempo, siempre evolucionando al ritmo de los aspectos más magnéticos e inspiradores de París, la boutique ha tenido varias vidas y ahora se transforma por completo una vez más”
Si bien la fachada con mármol negro veteado con líneas doradas, que causó estupor en noviembre de 1899 porque desobedecía los códigos de la época, se ha mantenido tal cual, el interior es completamente diferente, ahora estamos en presencia de una nueva tienda con un espíritu moderno.

Vamos al detalle, los primeros cuatro niveles de un total están abiertos al público. La planta baja les permitirá descubrir los diferentes mundos de Cartier bajo la luz natural. La primera planta, dedicada a los anillos de compromiso y las alianzas, presenta tonos pastel y dorados. Para la zona de alta joyería, el acceso es a través de la gran escalera o el ascensor privado. Y como si se tratara de un viaje en el tiempo, el tercer nivel alberga los departamentos de reparación y mantenimiento así como un “bar de personalización”. Aquí se puede grabar una fecha o una palabra en la famosa pulsera Love, por ejemplo.

En nuestra línea de ascenso llegamos al cuarto nivel, un espacio ultra protegido que está reservado para los pedidos especiales, aquellos en los que el cliente define las piedras y el diseño. En este espacio también se resguardan los archivos de la casa de joyas: una colección gráfica que contiene decenas de miles de moldes de escayola, 4,000 negativos en placa de vidrio, libros de cuentas y correspondencia variada con clientes, álbumes de fotos, libros de viajes. Y, sobre todo, una biblioteca de inspiración, es decir, obras relacionadas con la historia del arte, las técnicas y la arquitectura, recopiladas a lo largo de los años con el objetivo de ayudar a los diseñadores a descubrir civilizaciones antiguas o lejanas.
“Inseparable de su tiempo, siempre evolucionando al ritmo de los aspectos más magnéticos e inspiradores de París, la boutique ha tenido varias vidas y ahora se transforma por completo una vez más”, expresó la marca en un comunicado. Esta tienda parisina es en sí misma un pedazo de historia; aquí nació, de la mano de Louis Cartier, y después Jeanne Toussaint, la identidad de la prestigiosa firma.
Muchas han sido las celebridades, jefes de estado, estrellas de cine y líderes de la industria que han entrado a esta hermosa joyería desde su apertura en 1899. Y ahora, el nuevo concepto reinventa su decoración con una tendencia contemporánea sin dejar de lado los altos estándares distintivos de la marca.
Imágenes: Cortesía de la marca