- Maite Lopez Pino
Por el amor a los niños dominicanos: Patronato Benéfico Oriental

La historia del Patronato Benéfico Oriental en La Romana, República Dominicana, es casi un cuento de hadas que tiene no uno, sino cientos de finales felices, las vidas de los niños que ayudaron a cambiar, los futuros promisorios que se forjaron en sus aulas.
El Patronato Benéfico Oriental (PBO) fue fundado el 7 de febrero de 1976 por Xiomara Dajer de Menéndez junto con otras damas de la comunidad de La Romana. En sus inicios, las labores del Patronato fueron concebidas como un grupo de apoyo al trabajo social del Padre Abreu, tanto para crear la guardería “San Martín de Porres” como el “Asilo de Ancianos Bethania”. Con la inesperada muerte del Padre Abreu en el 1977, las señoras del Patronato asumieron la responsabilidad de la continuidad de la obra. En sus comienzos se utilizaron todos tipos de recursos, rompiendo con muchos tabúes de la época, para poder mantener a flote estos trabajos de asistencia comunitaria.
La señora Menéndez visualizaba un centro que ofreciera a los niños educación, cuidado especializado y un espacio para desarrollarse de manera integral; es así como se concibe el Hogar del Niño que en el 1984 abre sus puertas como guardería y escuela a más de 160 niños. En el 2005 Xiomara Menéndez, hija de la fundadora, asumió el cargo de Presidenta del PBO.
A día de hoy, PBO es una reconocida organización sin fines de lucro, cuya misión es proveer y mejorar las necesidades básicas, enfocadas en Educación y Salud de las comunidades vulnerables de la República Dominicana. A partir del éxito y la acogida que fue recibiendo el PBO desde sus inicios, surgieron más ideas e iniciativas diseñadas específicamente para el desarrollo de las comunidades vulnerables de La Romana y alcanzando el resto del país a través del Programa de Asistencia Comunitaria.
Sobre toda la historia y los retos del Patronato Benéfico Oriental, conversamos con su presidenta quien nos demostró el inmenso acto de amor que su familia y sus voluntarios ha realizado para impulsar un proyecto tan noble como este.

¿Cómo es la zona de Casa de Campo dónde se inserta el Patronato Benéfico Oriental?
Casa de Campo es una comunidad, no solamente un resort o hotel, es una comunidad viva. Yo crecí allí, me mudé a La Romana cuando tenía tres años. Es muy especial, allí se unen personas de todo el mundo, tenemos ese privilegio de estar rodeados de gente que va a vacacionar pero que le toma cariño a la zona y entonces a través de esta comunidad es como podemos hacer tanto por las personas necesitadas.
¿Cómo surge la idea del Patronato Benéfico Oriental?
Mi mamá fundó el Patronato Benéfico Oriental hace 47 años y la verdad lo hizo porque había una gran necesidad. Cuando nos mudamos para Casa de Campo, ella dejó de trabajar y tenía muchos deseos de ayudar y aportar a la comundad y empezó a trabajar con unas amigas en una guardería pequeña. Allí se quedan sin el sacerdote que las apoyaba en la guardería y el asilo de ancianos. Cuando fallece el padre, ella y sus amigas deciden comenzar el Hogar del Niño, eran 13 infantes en ese momento y hoy en día reciben casi 2000: desde cero a 18 años, una de las raíces del Patronato Benéfico Oriental, proyecto que ha crecido muchísimo.
¿Cómo fue el trabajo de su madre en todo ese tiempo y cuál es el escenario que usted asumió?
El Hogar creció a partir de una necesidad que existía de crear un espacio seguro para esas madres que necesitaban trabajar. Esta fue nuestra misión inicial, un lugar seguro para que esas madres dejaran a sus hijos. Entonces nacimos como una guardería de cero a cinco años y todavía hoy día sigue siendo el nicho principal donde más del 40 por ciento de los niños entran dentro de las edades de cero a seis años.
Cuando regresé a La Romana, después de estudiar en la universidad y trabajar en Santo Domingo, estaba en buscando mejor calidad de vida, un lugar donde poder trabajar y criar nuestros hijos cerca de nosotros, ya yo tenía una hija y estaba embarazada de la segunda, actualmente tengo cuatro hijos.
Al estar allí viviendo con mi famila empecé a ayudar a mi mamá con las instalaciones. Eso fue hace 17 años y empecé a trabajar a tiempo completo luego de que mi mamá sufriera un pre infarto que me llevó a literalmente hacer un takeover. En ese momento estaba construyendo villas en Casa de Campo y era muy feliz, trabajaba muchísimo y me gustaba… pero cuando mi mamá regresó de su recuperación, decidí pasarme un día con ella y descubrí que el teléfono no dejaba de sonar, literalmente mi mamá manejaba la fundación desde su casa, casi sola, con la ayuda de una asistente que iba tres veces a la semana y la llamaban para todo.
Al otro día, llamé a la compañía telefónica y transferí su línea y le asigné otro número a ella y cuando llegé esa noche a visitarla me comentó que el teléfono no había sonado, y así es como empiezo a involucrarme en el proyecto y tratando de transformar lo que en ese momento era manejado con todo el corazón y muy bonito pero no como una empresa, había crecido mucho. Ahora PBO es una empresa social donde manejamos un budget de casi 6 millones de dólares al año y tenemos muchos programas de asistencia comunitaria. A través del Hogar del Niño hemos crecido en el área de la salud también, en la parte de educación con el instituto técnico y el programa de becas. Más del 20 por ciento de los niños que se gradúan todos los años van a universidades privadas, y todo es manejado por un equipo profesional, muy capacitado. No tenemos límites porque todos estos niños se merecen oportunidades.

¿Cómo es un día en la vida de Xiomara?
Varía muchísimo, pero normalmente me despierto tratando de conectar conmigo misma, con los elementos, con la tierra, medito, trato de pasar un momento en silencio conmigo misma y siempre con mucho agradecimiento por lo que la vida me ha dado y por la oportunidad de hacer el trabajo que hago que para mí es un privilegio.
Salgo con mucha energía, tengo un niño que todavía está en edad de colegio, desayunamos y lo llevo a la escuela. Lo lindo de vivir en La Romana y en Casa de Campo es que las distancias son cortas, no hay tráfico y tengo la oportunidad de estar muy cerca de mi familia. Luego voy a la oficina, desde que empecé a trabajar para la fundación decidí que tenía que hacer todo lo posible porque la fundación fuera sostenible, no solo económicamente sino que cada programa tenga personas capacitadas manejándolo y que a través del tiempo pudiera continuar aunque yo y nuestra familia no estemos.
Esta ha sido la visión con la que hemos manejado la fundación así que me paso el día atendiendo reuniones y buscando soluciones con comités de personas que siempre me llevan una solución.
¿Alguna anécdota que la haya marcado?
Hay tantas historias, es lo bonito cuando todos los días puedes palpar de forma directa el impacto que logras en la comunidad donde está insertada. Por ejemplo, recuerdo el primer grupo de becados que me solicitaron una reunión porque cuando creamos las becas por primera vez formulamos un contrato para ellos donde se comprometían a dar parte de su tiempo en el área donde se hacían profesionales y en esa reunión me explicaron que consideraban que las horas que le habíamos pedido eran muy pocas, querían más horas para dedicarle al Hogar, ellos se acercaron con mucho amor y sentido de pertenencia.
En el Hogar tenemos niños con diferentes habilidades, teníamos un alumno ciego que se graduó hace algunos años y su pasión siempre había sido la música y hoy en día trabaja con nosotros como profesor de música. Otra historia muy conmovedora es la de uno de nuestros estudiantes que arribó a la escuela en quinto grado con parálisis cerebral y en una silla de ruedas. Cuando llegó tenía mucha dependencia de sus padres y no se podía valer por si solo y a raíz de la pandemia nosotros formamos un grupo de niños apasionados por la tecnología y allí encontró su pasión. Una amiga de su familia le donó una máquina de impresión 3D, y ahora tiene un taller en el pueblo y hace cosas innovadoras, todos tienen algo que aportar a la sociedad y todos encuentran su pasión.
¿Cómo se sustenta la organización?
El programa Adopta-Una-Cuna es nuestra principal fuente de fondos para el Hogar del Niño. Este programa fue creado en el 1998 para garantizar una futura base de financiamiento y las contribuciones son donadas por los miembros del programa. Puede ser miembro donando anualmente desde mil dólares en adelante.
Cubre el 40 por ciento de nuestro presupuesto y es de suma importancia para nosotros. Además hemos creado programas sostenibles que generan ingresos importantes para nosotros que nos permiten responder a las necesidades de la comunidad y a la misma vez, generan ingresos como una responsabilidad social.
Por ejemplo tenemos el programa Diagnóstica Social, un centro médico especializado en diagnóstico avanzado e imágenes, accesible a todas las comunidades de la República Dominicana; a través del departamento de Trabajo Social se ofrece este servicio a los pacientes que de otra forma no pudieran acceder a estos servicios, logrando apoyar a más de tres mil personas anualmente.
Además, durante la pandemia creamos un programa muy importante al que llamamos Centro de Transformación Comunitaria PBO, comenzamos en la comunidad de Villa Hermosa construyendo un Centro Comunitario que incluye un centro de atención médica como también espacios de trabajo y estudio. Es un programa muy especial, un sueño hecho realidad y que surgió en una de las comunidades más vulnerables donde hemos trabajado.
La idea surgió con la pandemia y todo lo que pasamos donde los niños no podían ir al Hogar y nosotros literalmente nos desplazamos hacia ellos. No tenían acceso a las herramientas que necesitaban para estudiar de manera virtual y en este centro comunitario además de tener médico, tenemos un Makerspace con eje al desarrollo de trabajos para la comunidad a través de la tecnología. Está demostrado que estos centros transforman a los jóvenes y los aleja de los malos hábitos y en esos espacios pueden trabajar y estudiar. Muchas veces pensamos que dándoles una computadora se resuelve pero la mayoría de las veces estos niños no tienen ni sillas donde sentarse. En este espacio seguro pueden tener todos los recursos al alcance de la mano para estudiar y emprender, es nuestro primer Centro de Transformación de muchos que están por venir.
¿Qué nos puede adelantar del Fin de Semana Benéfico Hogar del Niño que se realizará en febrero?
Es un fin de semana de encuentros, llevamos 25 años celebrándolo, este será su aniversario de plata y siempre ha sido un evento muy importante en Casa de Campo. Nos unimos todos a aportar a los programas del Patronato, en ese fin de semana practicamos deportes, fiestas, yoga, cenas. Tratamos de unir a todas las familias para que conecten con lo que hacemos, el próximo será el President’s Day Weekend y esperamos que nos puedan acompañar.
No se pierda la 25 edición anual del Fin de Semana Benéfico del Hogar del Niño
Cuando: Del 18-20 de Febrero, 2023
Donde: Casa de Campo, República Dominicana
Por qué: El evento benéfico recauda fondos para sufragar los gastos del Patronato Benéfico Oriental
Esta es una manera excelente manera de contribuir al desarrollo de los programas que organiza anualmente la dedicada organización. El fin de semana incluye divertidas actividades para toda la familia como un concurrido torneo de golf, partidos de polo y de fútbol, torneos de tenis, clases de yoga, zumba y mucho más. Como cierre de las festividades, la fundación organiza una exclusiva velada en la que asisten todos los participantes y se utiiza para presentar los premios a los ganadores de los diversos torneos. Para más información sobre el fin de semana benéfico y reservar su puesto, visite su sitio web.