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Un Espejo del cielo en la tierra: El Salar de Uyuni en Bolivia
Updated: Oct 20

La historia del Salar de Uyuni está entrelazada con la epopeya de la exploración espacial y la curiosidad inagotable del ser humano por descubrir y comprender el mundo que lo rodea. Fue Neil Armstrong, el legendario astronauta que se convirtió en el primer ser humano en poner un pie en la luna, quien desempeñó un papel fundamental en la presentación de este mágico rincón de la Tierra al mundo.

Cuando Armstrong y su equipo se encontraban en el espacio, orbitando nuestro planeta, quedaron perplejos ante la visión de una vasta extensión blanca que se extendía bajo ellos, como si fuera un inmenso espejo natural. La magnitud de lo que veían desde su perspectiva lunar era impresionante y desconcertante al mismo tiempo. En ese momento, el astronauta no podía precisar con certeza cuál era la naturaleza de ese lugar único que se desplegaba ante sus ojos, y lo confundió con un colosal glaciar.
Sin embargo, la promesa que hizo a sí mismo y al mundo fue clara: una vez regresara a la Tierra, se aventuraría a descubrir qué se escondía tras ese enigma de sal y belleza natural. Armstrong cumplió su palabra, y junto con su familia, emprendió el viaje que los llevaría a las orillas del Salar de Uyuni. Lo que encontraron allí superó todas las expectativas y dejó una profunda impresión en sus corazones.
Desde ese momento, el Salar de Uyuni se convirtió en un lugar icónico que trascendió las fronteras de Bolivia y se proyectó al escenario mundial. La NASA, la agencia espacial más destacada del mundo, reconoció la singularidad de este lugar y lo adoptó como un punto de referencia inestimable para calibrar sus satélites y perfeccionar sus operaciones espaciales.

El majestuoso Salar de Uyuni es el desierto salino más grande del planeta, ubicado a 3,600 metros (11,800 pies) sobre el nivel del mar y con una extensión de 12,000 kilómetros cuadrados, lo que lo convierte en la reserva de litio más grande del mundo. Según un informe del Servicio Geológico de Estados Unidos, en el Salar de Uyuni se encuentran aproximadamente 21 millones de toneladas de litio. Dada la creciente demanda global de este mineral, utilizado en baterías de dispositivos electrónicos, teléfonos móviles, computadoras y, sobre todo, en vehículos eléctricos, se considera que la región del Triángulo de Litio, que abarca Argentina, Bolivia y Chile, alberga recursos del mineral, comparables a las actuales reservas de petróleo en Arabia Saudita, convirtiéndolo en un “recurso estratégico” de cara al futuro.

En este maravilloso lugar se encuentra ubicado el Hotel Palacio de Sal, una maravilla única en el mundo. Este hotel tiene una historia fascinante que se remonta a su concepción por parte de un hombre visionario y apasionado por la belleza natural del Salar de Uyuni. Su origen se encuentra en la mente de Juan Quesada Valda, un verdadero pionero en la industria turística del sur de Bolivia.
El Sr. Juan Quesada Valda fue testigo de cómo se extraían los bloques de sal sólida del Salar de Uyuni, un recurso natural abundante en la región. A medida que observaba este proceso, nació en él una visión extraordinaria. En 1998, con determinación y pasión, expresó su audaz deseo: construir un hotel en medio de este vasto desierto blanco, utilizando la misma sal que lo caracterizaba.
Esta visión no solo era un desafío arquitectónico, sino también un homenaje a la naturaleza única de la zona. La construcción de un hotel de sal sería un hito en la historia del turismo, y Juan Quesada Valda estaba decidido a hacerlo realidad.
Con un espíritu emprendedor y un profundo amor por la belleza natural del Salar de Uyuni, el Sr. Quesada se embarcó en la aventura de su vida. Trabajando en estrecha colaboración con arquitectos y expertos en la construcción, transformó su visión en un proyecto ambicioso. Cada detalle se diseñó cuidadosamente para asegurar que el hotel no solo fuera único en su clase, sino que también ofreciera comodidad y lujo a sus visitantes.


El resultado fue el Hotel Palacio de Sal, una instalación verdaderamente excepcional que se erige como el primero de sal en el mundo. La construcción, completamente realizada con bloques de sal sólida, es una obra maestra arquitectónica que armoniza con la belleza natural que lo rodea.
El Hotel Palacio de Sal te ofrece una experiencia de hospedaje que se asemeja a estar en la comodidad de tu propio hogar, pero con un toque de lujo y elegancia que hará que tu estadía sea inolvidable. Con un servicio de primera categoría y una atención al detalle excepcional, este hotel se distingue como un verdadero refugio en medio del impresionante entorno del Salar de Uyuni.

Cada una de las 42 habitaciones ha sido diseñada pensando en el confort y bienestar de sus huéspedes. Las habitaciones están cuidadosamente decoradas y equipadas con todas las comodidades que necesitas para una estancia placentera.
En este oasis de comodidad, podrás disfrutar de una experiencia de relajación total en el spa de servicio completo, donde te esperan masajes, tratamientos corporales y faciales para rejuvenecer cuerpo y mente. Si buscas entretenimiento y bienestar, el hotel cuenta con una piscina temperada, y un sauna, además de otras instalaciones que te asegurarán una estadía inolvidable. Allí encontrarás tres tipos de habitaciones: Estándar, VIP y para los más exigentes, Hanan Suites.
Las Hanan Suites son la definición de lujo andino ya que constan de un área de descanso, área de estar, e imponentes techos en forma de cúpula, con una vista única del Salar de Uyuni.
La ubicación del Hotel Palacio de Sal es ideal, ya que te sitúa a solo cinco minutos en coche del impresionante Salar de Uyuni, uno de los destinos más emblemáticos de la región. Bolivia cuenta con tres aeropuertos internacionales: Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, que ofrecen conexiones al Salar de Uyuni. Una opción recomendada es volar a Santa Cruz de la Sierra, la ciudad más grande de Bolivia y su corazón económico. Allí, puedes pasar un día explorando la ciudad antes de tomar un vuelo de 45 minutos hacia el Salar. Ya allí, estarás a aproximadamente 26,8 km del Museo Arqueológico y Antropológico de los Andes Meridionales, donde podrás explorar la rica historia de la zona, y a unos 26,9 km de la animada Plaza Arce, un lugar ideal para sumergirte en la cultura local.

El Palacio de Sal es un homenaje a la belleza de la Tierra y al espíritu innovador de quienes lo construyeron.
En cuanto a la gastronomía, el Hotel Palacio de Sal te ofrece diversas opciones para satisfacer tu apetito. La propuesta goumet de su restaurant Tika Pałace, para degustar exquisitos platos o disfrutar de un snack o deli en su snack-bar. Además, puedes relajarte con tu bebida favorita en el Bar y disfrutar de los deliciosos desayunos buffet para empezar tu día con energía.

Además del Salar, en la región, explorar las maravillosas lagunas de colores, es una experiencia imperdible. Entre estas joyas naturales, la Laguna Colorada sobresale como un santuario de hijos para los flamencos, que acuden puntualmente cada noviembre para reproducirse y cuidar de sus hijos. Asimismo, las lagunas Chiarcota, Honda, Hedionda y Cañapa son destinos sumamente populares entre los viajeros que desean adentrarse completamente en esta región del Altiplano boliviano.
El Salar de Uyuni se ha convertido en un destino turístico de renombre mundial gracias a su asombrosa belleza y a su disponibilidad durante todo el año, ya que ofrece experiencias únicas en sus dos estaciones. Durante la temporada de lluvia (diciembre a marzo), las temperaturas oscilan entre los 10 y 25 grados Celsius (50 a 77 grados Fahrenheit). De abril a noviembre, que es su temporada de invierno, las temperaturas varían entre -9 y 15 grados Celsius (15 a 59 grados Fahrenheit). En esta época, el Salar se convierte en un vasto desierto de sal, lo que permite visitar la Isla Incahuasi, una de las 26 islas del Salar. Aquí, descubrirás más de 6,000 cactus gigantes y un arco de coral petrificado, evidencia de que esta área fue parte del mar hace millones de años.
El Hotel Palacio de Sal no solo es un lugar único en el mundo por su construcción de sal, sino que también ofrece una estancia inolvidable en medio de la belleza inmensurable del Salar de Uyuni.



Fotos cortesía del Palacio de Sal