- Maite Lopez Pino
Tras la pista de los NFTs

En nuestra serie de Tecnología conversamos anteriormente sobre el Metaverso y sus implicaciones dentro del mundo del lujo y la moda. Ahora queremos hacer una pausa para discernir qué son los NFTs, cómo surgieron y cómo el arte, el lujo y la moda se han acercado a esta nueva plataforma.
Si bien el arte criptográfico o NFT art e una tendencia que viene avanzando desde 2017, realmente ha estallado como noticia, revelando subastas con resultados de hasta siete u ocho cifras, y toda su fama desde principios de 2021.
Al ser un fenómeno tan reciente muchos se preguntan si el arte basado en NFT (o token no fungible, en inglés), responde a una burbuja del mercado de las criptomonedas o si, debido a su seguridad y otras cualidades, llegó para quedarse.

Pero vamos a los detalles: un NFT es un token único generado criptográficamente, y es vinculado a un activo digital para representar la propiedad sobre el mismo. Por eso, los NFT, al autenticar y hacer que las obras de arte digitales sean únicas, favorecieron a un mercado rentable en torno al arte digital, imposible de monetizar hasta el momento, debido a su propia naturaleza de no estar disponible pública o físicamente.
Primero el artista adjunta la obra de arte digital (que puede ser una imagen, video, mp3 o similar, e incluso objetos físicos) a un NFT, que luego se pone a la venta en un mercado de criptomonedas, ya sea de arte, como Flipkick o Nifty Gateway. Después, el archivo digital adjunto se puede reproducir en un entorno digital y utilizarse en las redes, pero la obra de arte de NFT sigue siendo auténtica, ya que su procedencia se remonta al artista original que creó ese token no fungible.
Los NFT representan la propiedad de los activos digitales para que los artistas o las casas de subastas puedan vender esa pieza de arte digital, mientras que el contenido en sí permanece abierto y es de libre acceso al público. Por eso resulta vital el papel que desempeñan las denominadas “galerías de internet” como Feral File y otras que si bien recepcionan hasta un 10% de las ventas -menos que las galerías tradicionales-. La gran peculiaridad es que todos estos proyectos comercializan arte generativo. El artista programa un algoritmo que creará digamos dos mil piezas, pero esas piezas no existen hasta que se venden. Solo entonces se generan.
En resumen, los NFT representan el valor en criptomoneda de las obras de arte digitales, lo que les permite ser marcadas y comercializadas como bienes digitales negociables, aunque más allá de tratarse de un activo no tangible, lo que aumenta su valor muchas veces es la publicidad que recibe en internet.

La gran difusión de los NFT en los medios de comunicación en torno a las subastas de criptoarte es fundamental para vislumbrar a palpar y comprender su potencial económico. Si bien, los especialistas sostienen como un gran desafío determinar con precisión el tamaño exacto del mercado, las ventas de arte criptográfico superaron cómodamente los 300 millones de dólares a inicios del 2021.
Y entre los primeros que han sabido hacerse de una billetera digital y llenarla en forma abundante resalta el caso de Lady Gaga quien ha realizado diversas colaboraciones con el propósito de apoyar iniciativas filantrópicas a través de su fundación ‘Born This Way Lady Gaga’. Ahora la cantante presentó una edición limitada compuesta por una escultura –diseñada por ella misma y pintada a mano– y una botella de Dom Pérignon.